LAS CINCO FORMAS (1/5): La Imagen de Jesús Misericordioso

[Del libro Orar con la Divina Misericordia, Cobel Ediciones 2010]

Quien venera una imagen, venera la persona que en ella está representada, recuerda el Vaticano II. El origen de la imagen de Jesús Misericordioso es la visión que Faustina tuvo en Plock, el 22 de febrero de 1931 en la que Cristo le expresó su voluntad de que se pintara esta imagen y se pusiera la siguiente inscripción: “Jesús, en ti confío”.

El hombre tiene necesidad de las cosas sensibles para elevar su corazón y así entender y amar las cosas invisibles. Mirar una imagen nos suscita sentimientos de respeto, veneración, culto, amor y confianza hacia la persona santa que representa y nos pone en contacto espiritual e íntimo con ella. La contemplación de la imagen de Jesús Misericordioso nos llevará a profundizar en los misterios de la fe y nos dispondrá para recibir lo que representa: la Divina Misericordia.


[Del Diario de Santa Faustina]

1.14.A  Al  anochecer, estando en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. En silencio, atentamente  miraba al Señor, mi alma estaba llena de temor, pero también de una gran alegría. Después de un momento, Jesús me dijo: “Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: “Jesús, en ti confío”. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero.”

2.14.A “Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como mi gloria.”

3.14.A La primera  vez que se exhibió la imagen fue el domingo después de Pascua, como el Señor se lo pidió.  (…) Durante tres días la imagen estuvo expuesta en público, y recibió la veneración pública porque había sido colocada en Ostra Brama, en un ventanal, en lo alto, por eso se la veía desde muy lejos. Durante esos tres días (entre los días  26 y 28 de abril de 1935) en Ostra Brama fue celebrada con solemnidad la clausura del Jubileo de la Redención del Mundo, el 19 centenario de la Pasión del Salvador. Ahora veo que la obra de la Redención está ligada a la obra de la misericordia que reclama el Señor.

4.14.A Una vez el confesor (el Padre M. Sopocko) me preguntó cómo debía ser colocada la inscripción, ya que todo eso no cabía en la imagen. Contesté que rezaría y que daría la respuesta la semana siguiente. Al alejarme del confesionario, y pasando cerca del Santísimo Sacramento, recibí el entendimiento interior de cómo debía ser la inscripción. Jesús me recordó lo que me había dicho la primera vez, es decir, que estas tres palabras debían ser puestas en evidencia. Las palabras son éstas: Jesús, en Ti confío. Entendí que Jesús deseaba que fuera colocada esa frase, pero además de esas palabras no daba órdenes precisas. Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Este recipiente es esta imagen con la firma: Jesús en Ti confío.

5.14.A La imagen presenta a Cristo resucitado con las señales de la crucifixión en las manos y en los pies. Del Corazón traspasado (invisible en la imagen) salen dos rayos: uno rojo y otro blanco. Una vez, cuando el confesor me mandó preguntar al Señor Jesús por el significado de los dos rayos que están en esta imagen (está hablando de la imagen pintada en Vilna por Eugenio Kazimirowski); contesté que sí, que se lo preguntaría al Señor.
Durante la oración oí interiormente estas palabras: Los dos rayos significan la Sangre y el Agua.  El rayo pálido simboliza el Agua que justifica las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas…
Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de mi misericordia cuando mi Corazón agonizado fue abierto en la cruz por la lanza.
Estos rayos protegen a las almas de la indignación de mi Padre. Bienaventurado  quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la mano justa de Dios. (…)

6.14.A Una vez, cuando estaba en el taller de aquel pintor (Eugenio Kazimirowski) que pintaba esa imagen, vi que no era tan bella como es Jesús. (…) En seguida fui a la capilla y lloré muchísimo. Le dije al Señor: ¿Quién Te pintará tan bello como Tú eres? Como respuesta oí estas palabras: No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en mi gracia.

7.14.A Viernes Santo. A las tres de la tarde, cuando entré en la capilla, oí estas palabras: Deseo que esta imagen sea venerada en público. Luego vi al Señor Jesús que agonizaba en la cruz entre terribles tormentos y del Corazón de Jesús salieron estos dos rayos que están en la imagen.

8.14.A (…) A través  de esta imagen concederé muchas gracias a las almas, ella ha de recordar a los hombres las exigencias de mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil.

9.14.A  Los rayos rojo y blanco significan el Agua y la Sangre. Son la fuente de gracias que manan del Corazón de Cristo. Una vez, cuando la imagen estaba expuesta en el altar, durante la procesión de Corpus Christi, cuando el sacerdote expuso el Santísimo Sacramento y el coro empezó a cantar, los rayos de la imagen traspasaron la Santa Hostia y se difundieron sobre el mundo entero. Entonces oí estas palabras: A través de ti, como a través de esta Hostia, los rayos de la misericordia pasarán al mundo. Después de estas palabras un gran gozo penetró en mi alma.



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